Y la experiencia llega a su fin...
¡De vuelta a casa!
19 de diciembre: Berlin -Madrid (07.25-10.50h) - por EasyJet.
21 de diciembre: Madrid - LPA (12.50-14.50h) - por Ryanair.

8 de octubre de 2012

La niña de los cordones


"Átate bien los cordones, que los tienes sueltos, y un día de estos te vas a a matar", le decía siempre su madre al salir de casa. 

Principio del formulario
Y por esa misma razón se los dejaba desatados adrede. Llevaba unas Victorias blancas, de esas que estában tan de moda, con los cordónes sueltos, revolcándose saltarines por el podrido suelo de la ciudad a cada pasito que ella daba. 

No sabía explicarlo, y no tenía ninguna razón específica que la hicieran desear el más allá. Sin embargo, en su interior tenía unas ganas de morirse ¡horribles!

Ni siquiera sabía si creía en otra vida después de esta, aunque prefería que así no fuera. Pues sólo quería desaparecer de este mundo. Dejar de ser esa colegiala cohibida que tanto odiaba ser. 

Sus cordones ya eran de color gris. Se enredaban en su talón, unas veces; se escondían debajo de sus zapatos, otras; y rebotaban contra el suelo y volvían a danzar por el aire, siempre.

Ella caminaba con pasitos cortos, no sé, si para tener más oportunidades de tropezarse. Y se escondía bajo el pañuelo azulado que tapaba su pelo. 

Sus ojos, que eran del color del café, se perdieron de pronto en la chica que esperaba, con un libro entre las manos, la llegada del tren. Y que precisamente no paraba de mirarle sus zapatos, sus cordones  con vida propia, precisamente con la vida que a ella le faltaba. 

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