Me he levantado con resaca. Ayer el trabajo fue estresante y el gin tonic de después ha terminado por quemarme las últimas neuronas. Pero, com dice el dicho "ajo y agua", tengo que aligerar para llegar al trabajo a tiempo.
Hace ya más de una hora que me he levantado pero mi cerebro todavía está
atolondrado, así que me pongo los cascos con música chunda-chunda para
espabilar. Esta es la resaca musical. Y, como "el tiempo es oro" y voy un poco contrareloj, de camino
en el metro me pongo a leer el temario que me tengo que estudiar para
septiembre.
De pronto se sube un chico de pelo y piel morena, flores y mariposas de
colores recorren de por vida por sus brazos. Los ojos tienen esa sombra
grisácea huella delatadora de mucho cansancio acumulado y demasiada fiesta
desenfrenada. Sus orejas de soplillo y agujereadas con un par de
pendientes, escuchan una música que no me hace falta oir para adivinar.
Es de esas personas que tienen ese imán secreto que me atrae sin una
razón concreta.
Me vuelvo a enfrascar en mi temario, mientras escucho una música que ha
conseguido despertarme. Entre línea y línea tarareo y llevo el ritmo de la
canción. Y sólo soy consciente de que estoy "bailando sentada" cuando
me "siento" observada. Al cabo de unos segundos levanto la mirada, y
como contagiado, veo que mi compañero de viaje está también moviendo los pies y
la cabeza, y hasta en un momento dado de arrebato musical cierra los ojos de
placer sublime.
El señor desbarrigado que está a su lado lo mira con descaro.
Vuelvo con mi lectura, con mi música. Miro por la ventana para ver correr
la ciudad a través de mis ojos, queriendo alcanzar mi vagón. Observo a la gente
entrar y salir. Y otra vez a mi compañero de viaje en su éxtasis musical. Ahora
canta un fragmento de canción mientras mueve la cabeza de un lado a otro.
De pronto al cambiar de posición, al pasar la hoja, al coger el libro con
una mano... se me escapa una hoja que tenía en el libro. Lo voy a recoger pero
el chico se adelanta en un movimiento ágil. Danke, le digo sin
quitarme los cascos. Pero él se quita uno y me pregunta en español sureño "¿qué
estudias?".
De pronto me veo envuelta en una conversación acelerada, natural,
surrealista. Hablando de todo y de nada a la vez. Desconocidos conocidos.
- "Uf! qué sueño, ¿no?".
- "La gente aquí qué fría ¿verdad? Yo ya llevo aquí seis años, pero
no me acostumbro. La playita, el sol, nuestro salero...".
- "¿De dónde eres?".
- "¿Y qué haces aquí?".
- "Yo aquí voy un poco a mi bola, y paso de todo. Pero sí es verdad que
echo un poco de menos a los colegas de toda la vida, a los amigos de verdad,
¡la gente que conoces de siempre!".
...
- "Yo me bajo aquí ¿y tú?"
- "Yo también, tengo que hacer tranbordo, ¿y tú?"
- "No, yo me quedo aquí. ¿Por dónde sales de fiesta?"
- "Por Waschauerstraße", por sus ojeras y la música que escucha
sé que es su zona, "el otro día fuí a Panorama".
- "Conoces a una chica canaria que es famosa allí?".
- "Déjame tú teléfono, a ver si nos vemos un día".
- "¡Pues hasta la próxima!".
No sé como lo haces, pero resaca con música chunda chunda en mi caso MALA combinación...
ResponderEliminarMe encanta la frase: ...flores y mariposas recorren de por vida sus brazos...
Queremos mas conversaciones con tus desconocidos
Kss
Si a mi tampoco me funciona siempre, xo ese día me tenía que despertar sí o sí... A ver si se pinta la ocasión! Xo vamos, de desconocidos no tanto, xo entradas tengo pendientes unas cuantas ya!!! Que se me acumulan!!!
ResponderEliminarjajaja, yo pensé lo mismo, lo mejor para la resaca es la cerveza..
ResponderEliminaruna chica canaria conocida en panorama? jajaja
bsitos
Tus historias... Jajaja! Nunca más lo has vuelto a ver?
ResponderEliminarJajaja! podría haber sido cualquier una rubia, una morena... ;) yo te digo que no era! jajaja! Chacho! que bien lo pasamos. No he vuelto a ir, te puedes creer?? Qué vergüenza...
ResponderEliminarjajaj! No, ni ver ni llamar ni nada. Así son los encuentros ;)