Humans...

No son tan distintos...

Los bebés inquietos, gritan, chillan y berrean hasta más alto que un canario. ¿Por el frío? Yo también lloraría de vez en cuando... O a lo mejor es que como aquí los "ciudadanos" son más silenciosos se les oye más... Tapados, envueltos, ahogados y escondidos entre abrigos, bufandas, gorros, guantes y mantas ven pasar el cielo gris berlinés.

Los niños hacen las mismas boberías que cualquier mocoso del mundo. Juegan a subir su adrenalina cambiando de vagón justo cuando la voz metalizada de los altavoces anuncia que el metro va a partir. Forrados hasta el cuello, con una maleta igual de grande que ellos salen corriendo a toda velocidad justo cuando la luz roja se enciende. Corren con todas sus fuerzas y con las patas al culo entran como un rayo y se arrinconan en una esquina con una sonrisa de triunfo y con cara de no haber roto un plato.

Las adolescentes, por su parte, son igual de pavas que en cualquier país. Dando el cante en el metro, con música puesta a medio volúmen y ellas rompiendo el tímpano de todos los transeúntes. Colegialas con medias rajadas, minifaldas, botas altas, colores variados y peinados dispares. Nada fuera de lo común.

Los adultos se aburren de la misma forma sentados, en unos sillones no del todo incómodos, viendo pasar paradas. Escuchan música, hablan a unos decibelios inaudibles por teléfono, charlan con su compañero de trabajo, leen un libro, el periódico o lo que lleva el vecino de asiento. Callados pero igual de curiosos, retuercen las cuencas de los ojos y se inclinan levemente hasta poder el mensaje que teclea el de al lado....

Los mayores, caminando con su tacataca, igual de arrugados y con la misma sonrisa vieja que desvela que no son conscientes sino un acto reflejo de sus ya vencidos músculos faciales. Esa mirada vidriosa y perdida por una calles todas de piedra, que tienen, mínimo, la misma edad que ellos.

Y, sin embargo, hay algo... hay una franja que rompe los esquemas... pero eso ya es otro tema... Todavía necesito más tiempo para poder hablar. Mientras, ¡callar y mirar!