Y la experiencia llega a su fin...
¡De vuelta a casa!
19 de diciembre: Berlin -Madrid (07.25-10.50h) - por EasyJet.
21 de diciembre: Madrid - LPA (12.50-14.50h) - por Ryanair.

30 de mayo de 2012

Berlin Zoom

Una tarde extraña
cálida, como una noche de verano.
Silenciosa duermo la 
mona, Chita y Tarzán;
todos juntos y revueltos,
felices, pero no comieron perdices... sino
manices, si te quieres tu conmigo divertir
en el Tristeza...

La primera vez nos pegamos cada uno una hora esperando en una terminal distinta, porque la menda no miró bien la pantalla y esperaba en la puerta equivocada, "Será que el vuelo se ha retrasado", "el teléfono no funciona (...) ahora me da señal (...) no funciona otra vez (...). ¡En fin de panoli total!  ... 

La segunda vez, que no salía, que no salía... La que terminó por no salir fue la maleta, que decidió perderse  por Madrid. Gracias a dios nos la trajeron al día siguiente.

La tercera visita, no sabía en qué vuelo venía porque el man se olvidó pasarme la ruta y hora exacta del viaje. "Creo que llego a las siete...". Fui al aeropuerto para ver salir a desconocidos... y cuando recibo una llamada es desde Nuremberg, resulta que hacía escala a las siete y no llegaba a Berlín hasta las doce de la noche, así que de vuelta a casa, "compuesta y sin novio". ... 

Y esta última vez, no pude librar ningún día. El resultado, que yo trabajé tOdo el día y Chira se la pasó investigando Berlín, ¡¡creo que ya se lo conoce mejor que yo!! jajaj!! Así que ésta última visita agridulce e insuficiente, se compone de horas llenas de soledad en la cercanía; de tiempo libre atado por los segundos, que inevitables anuncian la muerte con su tic-tac; de horas insuficientes para desempolvar palabras y sentimientos, de noches iluminadas por cuatro ojos que se quieren comer el tiempo; de esperas en el Tristeza alrededor de una burbujeante cerveza; de una mirada a esta ciudad que empieza a calentarse. Sea como sea, gracias a estas horas llenas de minutos tienen aquí recortes y piezas sueltas de una Berlín que casí se me hace desconocida a mí, y que bajo la mirada de esta cámara empiezo a gozar. ¡Disfruten de las fotazas! Dénle las gracias a El Yerbero.

Bis Juni!

29 de mayo de 2012

Contrastes

El cielo grisáceo augura tormenta. Con su viento huracanado cambia los semblantes, y con una bofetada de esa brisa heladora propia del invierno, transforma las facciones faciales en un rictus agrio que sabe naranja amarga. 

Un remolino de nieve se amontona en las cabezas secas por el frio y se transforma en unos gorritos de suave pelaje blanco. Y las hojas de otoño se arremolinan entre las piernas de las señoras, le trepan por los tobillos y se convierten en pesadas faldas de pana que las tapan por completo. 

El frío no sólo hiela los huesos, atrapa los corazones y convierte los sentimientos en cubitos de hielo, que se acompañan con tragos de whisky cada noche, sólo o acompañado, para intentar derretirlos un poco. Craso fracaso. 
Las palabras afiladas por el mal humor se desbordan por las bocas junto con ese típico vaho moribundo. Se tropiezan torpes por unos labios resecos y agrietados por los grados bajo cero que sufren las almas.

Estos caracoles se esconden a cualquier oportunidad en su caparazón de acero. Lentos, se calientan a la luz de las velas. Desde fuera todas esas casitas parecen brillar destelleantes. ¿Es cierto, o una ilusión del desierto? Cuando uno intenta alargar los dedos para alcanzar esa luz, se desvanece y el calor desaparece como el humo... como una ráfaga de viento que apaga la llama de una vela de un sólo soplido.

El aire cálido de principios de verano empieza por secar las lágrimas. 

El sol derrite las ropas que sobran de más, broncea esas pieles de leche que piden a gritos un poco de color para poder ser lucidas sin pudor. 

Y asi las muchachas tampoco necesitarán de polvos para sonrojarse o ruborizarse, pues el Lorenzo de las tardes de verano, conseguirá sacarles los colores. 

Los dedos de los pies, pintados con uñas de rojo provocativo, de blanco discreto o de amarillo chillón, se desatan intrépidos, y se revuelcan llenos de gozo entre la hierba frondosa. 

Calima que provoca un ligero cosquilleo por entre las ropas mientras los granos de arena recorren divertidos cada palmo de piel. 

Un cielo azul de cuento despierta cada mañana a los perezosos que se han dado una ducha de sudor entre las horas pegajosamente nocturnas. 

Los rayos de sol iluminan las caras y despiertan sonrisas escondidas bajo la escarcha. 

Con los primeros rayos estas lagartijas empiezan a desperezarse. Y con paso lento pero constante se deslizan por entre la hierba, y la tierra, y lamen las calles con esos cacharros de dos ruedas. Con un ritmo latino de quietud y pachorrismo se mueven como la brisa suave que inunda el aire de olor a barbacoa, crema solar, cerveza y porros. Y todos patas arriba, desnudos, dejan que su cuerpo se queme a la brasa. 

22 de mayo de 2012

Nocturno Berlín

Horas intempestivas de la madrugada abrigadas por la mortecina  luz de quirófano de un autobús. 

Personas flacuchentas y esmirriadas, con unas ojeras negras como grillos que le llegan hasta los tobillos, se apean cual zombies.

Andamos sin prisa por las calles oscuras de la ciudad. Letreros luminosos de restaurantes, que a otras horas del día deben estar abarrotados, iluminan nuestro paso como estrellas fugaces. Tiendas 24 horas esperan abiertas a los fieles borrachos. Portales oscuros nos acechan curiosos desde las esquinas. Pedazos de carne brillante llaman a los estómagos vacíos de la nocturnidad. El asfalto, cual mar negro, refleja las luces de los solitarios semáforos, que pestañean incansables sus ojos verdes, pardos y escarlata para los fantasmas de la noche. 

Pieles amarillentas y pegajosas. Caras quebradas. Pelos grasientos. Cuerpos envueltos en pullovers de lana del año uno, se tambalean con cada bache. Miradas ahogadas en el aire enranciado, y tembleques acompasados con bocanadas de vaho alcoholizado. Todos, maniquies inertes de la noche, observan esta sombra de la ciudad. Hay quien la sueña, recostado sobre el respaldar, acumulando una torticolis para el día siguiente. O quien hundido en unos enormes auriculares, le pone una banda sonora que sólo ellos oyen.

Sólo el chirriar de las ruedas que lamen la ciudad vestida de negro. A estas horas se puede oir la Nada interrumpida sólo por una voz automática que corta el aire con el nombre de cada parada. "... nächste Station: Hermannplatz".

18 de mayo de 2012

¡Y por fin captura!

Y después de tanta búsqueda.. volver a empezar de cero. Ya he ido a ver los pisos de los que me han contestado, y las últimas cartas ya están echadas. Mandé un email a la chica de la casa de muñecas y que lo sentía pero ya se lo habían dado a otra persona "intentamos localizarte al móvil pero no te encontramos" ¡Mierda! ¿No me encontraron y se lo dieron a otro, o ya me habían descartado y sólo me llamaban para informarme? Nunca lo sabré, el caso es que "agua pasada...". El piso nùmero 12 no contesta... Lo llamo en un último acto desesperado y... "eliminada".  Así que vuelvo a estar como empecé, sin piso y sin citas.  Y con el primer día de la semana, empieza "este nuevo trabajo" de mandar emails. Toca volver a esperar. Y esta vez las respuestas no se hacen de rogar tanto.  13. "¿Puedes pasarte por casa ahora mismo?". ¡Claro! A diez minutos de casa, cruzando el puente, una casa antigua en un cuarto piso sin ascensor. Casa pequeña pero acogedora, un baño al que hay que entrar casi de lado pero una cocina espaciosa con nevera ¡grande! (algo no muy corriente entre los germanos). Mi cuarto tiene 12m2, y le da el sol por la mañana!! Y da a un parque/colegio. ¿ruidoso? me venden que no. Amueblado sólo con un par de estanterías, pero puede que me puedan prestar un colchón. Mis compañeras, dos chicas jóvenes, una que ha estudiado Comunicación y otra que es profesora, me inspiran buena onda. Mi sexto sentido vuelve a hacer acto de presencia, la misma sensación que cuando mis actuales compañeras de piso, Anne y Tina, me entrevistaron me invade por completo, pero no me fío de mi misma. Se deciden el miércoles.  14. A 10 minutos de casa, en la calle más famosa de Berlín para salir de bares (Wasserstr.) está el cuartucho de André. Alquila un super-minúsculo cuarto dónde sólo cabe un sillón cama. También está la opción de un cuarto más grande, y a por ese es a por el que voy. Sin embargo, a pesar de que el muchacho es encantador.. el piso huele a culo, sí, y esta vez no es un decir. Cuando me abre la puerta del baño un olor a caca me entra hasta por los oídos, y no es que yo sea delicada (que no lo soy por otro lado) o que tenga el olfato refinado... "Ups... el baño... bueno, huele un poco, debería... Lo siento", me dice en un intento por disculparse del embarazoso olor. "¿Por cierto, eres vegetariana?". Se me había olvidado contarles que casi la mitad de los anuncios son de personas-comunidades de bio lovers. Pisos donde la única carne que se come es la de las personas, inquilinos que compran la comida solo en Bio Companies, que son amantes de los animales y las plantas, y que llevan una vida saludable, también alrededorde una copa de vino Bio y de tabaco de liar.  André no es tak estricto con este perfil, y aunque cnfiesa que sólo come ensalada no parece importarle que yo le lleve pechugas a casa, que, de todas frmas, no creo que ocurra nunca... Descartado.  Mañana de martes. Me gusta el número 13. Impar. Número de mala suerte pero de buenos presagios. Lo primero que hago nada más abrir un ojo es meterme en mi correo a ver si me han escrito Katja y Jule (n.13) o si me citan para ver otro piso. ¡Un email!:  - "Hola Elena. También sería fantástico que pudieramos tener sexo. Me gusta el sexo y también me gustaría tomarme un vino contigo o ir al parque. ¿Cuando quedamos?" WTF! Si empecé leyendo el email con un ojo cerrado y otro medio abierto, acabé por leerlo hasta con la boca abierta!! O la gente está muy sola o muy desesperada, o las dos cosas... Quiero el número trece, me gusta, y no sólo porqe nazca gente especial en ese día ;) Le quiero mandar un mensaje a las chicas el martes, pero no quiero sonar como una "mujer desesperada". La impaciencia y el miedo me carcome por dentro... Escribo un borrador que no me atrevo a mandar, y decido esperarme al dia siguiente : "Hola chicas. Les escribo porque estoy muy interesada en el piso. Me gustó mucho mi cuarto, me encanta la zona y ustedes me cayeron genial. Hoy voy a estar en el trabajo, y a lo mejor no piedo coger el teléfono ¿me podrían mandar un mensaje (ya sea sí o no)?  Kss, Elena" Al rato de estar en el trabajo, recibo un mensaje:  "Hola Elena. Perdona quete moleste en el trabajo. Con gusto te alquilamos la habitación. Cuando puedas llama de vuelta para hablar" Siiiiiiiiiiiio!!!! Y al cabo de un rato "Elena... ¿Habrás entendido bien?". No sé cuántas veces he leído mensaje para corroborar palabra por palabra que SÍ, que ya tengo nuevo techo. Está claro que el piso es mucho peor que el mío actual, pero mis compañeras parecen buena gente, está en la zona dónde yo quería, se me va a quedar un culo fit fit subiendo y bajando todos los dias cuatro pisos y me voy a ahorrar 100 pavos cada mes! ¿Quién quiere ser el primero en conocerlo?

15 de mayo de 2012

15m2

Para no olvidarnos de que la gente sigue insatisfecha. ¡Sigámonos desgallitándonos!

No les hincho la cabeza, pero les dejo un par de vídeos cortos MUY buenos!!!


Simocracia. Crónica de la Gran Resaca Económica.

Ante el Poder del Miedo... "¡Estoicismo!".

13 de mayo de 2012

¡En busca y captura!

No gente. "No Habemus Casa". Todavía no. Sigo en busca y captura de un techo que me inspire. Pero "parece" que esta vez  no tengo tanta suerte como cuando llegué, que fue llegar y besar el santo en tres días! Ahora vivo en mis propias carnes los rumores que navegan por la red y la leyenda que rula de boca en boca sobre lo difícil que es buscar un piso vs. cuarto en Berlin. Será porque llega el verano... será porque todos los alemanes que se refugiaron durante el invierno en otros países más calidos regresan... será porque todos los inmigrantes deciden aterrizar en los meses en que esta ciudad hierve... Será, será... El caso, que aquí seguimos mandando solicitudes para ver pisos como si del trabajo de mi vida se tratase y gastando horas en recorrer medio Berlín en busca de un techo con encanto. ¿Impaciente? Eso siempre. ¿Demasiado exigente? Después del cuarto que tengo ahora, por supuesto. Al final me quedo donde estoy hasta finales de mayo y "me mudo" a principios de junio. Mientras el tiempo corre "tic, tac - tic, tac...". 

Por lo menos, mientras, recabo historias curiosas y divertidas de lo que se cuece entre las paredes berlinesas.

1. ¡Primera cita! Yuhu! Con paso seguro y la chulería de pensar que la suerte me acompaña, voy imaginándome que voy a encontrar el piso de mi vida a unos minutos de mi casa, que el piso será precioso, mi cuarto enorme y barato, y mi compañera encantadora. Lo único cierto resultó ser lo último.

Con todas las indicaciones apuntadas me decido a timbrar, pero alguien detrás de la verja se adelanta y me llama por mi nombre. "Justo estaba bajando la basura", me dice en inglés. Una americana entre rubia y pelirroja, con ojos espabilados y cara de buena gente. Mientras nos presentamos subimos cuatro pisos a media luz. "Esta es la cocina... Aquí está el baño... este es X y este es Y (sus gatos)... Y este sería tu cuarto". Un cuarto con suelo de madera, sin amueblar y desangelado. Nos sentamos en la cocina, "¿quieres algo de beber?" y me sirve un vaso de agua en un bote de cristal, ¡Berlín siempre sorprende! Nos ponemos a hablar, mientras va apuntando en una libretita perfectamente ordenada algunos de mis datos. Y empieza lo que a partir de ahora será la tónica: nombre, edad, trabajo, estudios, motivo por el que he venido a Berlin, mi vida diaria, cuánto tiempo quiero quedarme en la ciudad... Y como no, las preguntas técnicas sobre la casa: cuánto cuesta, ¿internet incluído?, y super importante también: ¿por dónde sale el sol?. Tras 20 minutos, media hora o tres cuartos, no sé... nos despedimos. Me voy con la sensación de que le "he gustado", pero yo estoy insegura, para variar. Objetivamente es caro para lo que me ofrece (comparado con mi cuarto...), pero la chica me cayó genial y sé que compenetraríamos. En el "fondo fondo fondo" sé que no lo voy a coger, pero el miedo de no saber si voy a encontrar algo mejor... me tortura de camino a casa. Dos días más tarde recibo un email diciendo que he sido elegida. Pero ya he tomado una decisión: Nein.

Y así continúa la historia. Las mañanas o las noches (según el turno de trabajo que tenga) me dedico a mirar anuncios. Este sí... le mando "mi perfil" en unas cuantas líneas. Este no... Este sí... Este no... Cual margarita deshojada, voy desperdigando mis datos por gente que espero conocer. Empiezo buscando para la fecha que yo quiero, por los barrios que yo quiero y el precio estimado que podría pagar. Pero, poco a poco, voy ampliando mi espectro ante la evidencia de que las ofertas de lo que quiero son escasas y de que, de las pocas que hay, recibo apenas unas cuantas contestaciones: unas veces con un triste "ya hemos alquilado habitación. Mucha suerte con tu búsqueda" o con una cita para ¿mañana por la tarde?

2. Así me veo en Reuterstrasse 63 a las seis de la tarde, dispuesta a conocer a Simón, un colombiano, y la habitación de mi vida, ¡al lado de mi actual casa!. Mi sexto sentido me hace creer que voy a congeniar, como siempre me pasa ccon esta nacionalidad, con este bogotano; y que la habitación va a ser para mi.

Mi cuarto tiene como dos niveles, en la parte baja un escritorio y un par de armarios; y subiendo unas escaleras para las que tendría que practicar, mi cama. Es un bajo, que da a un patio interior, no le da el sol directo pero tiene claridad. Y todo parece "correcto", hasta que mientras saco una foto me fijo que los cubos de basura del edificio están ¡delante de mi ventana! ... ... Sin problemas con las visitas, aunque hay que controlar que no me pase con los gastos de agua y luz... Hace hincapié en lo de los gastos lo que es indicio de que es un "tema susceptible" de futuros problemas. Pese a todo iba convencida de que podría conseguir el cuarto, pero al final me dice que tiene un compromiso con un amigo de un amigo, que va a ver el piso después de mi, y que no me puede prometer nada, que esa tarde o al día siguiente me dice algo. Me suena a excusa perfectamente latina. Al cabo de unas horas recibo un mensaje tipo Gran Hermano: "no he sido elegida".

Sigo buscando. De pronto el piso "ideal". En Kreuzberg, super barato, amueblado, nuevo... Vamos, que parece que estaban esperando por mi. Envío un email  y a los segundos recibo una contestación en inglés. El piso es del año catapún, perfectamente renovado que fulanita ha heredado de su bisabuela. El piso cuenta con un par de habitaciones, de las que puedo alquilar sólo una habitación o el piso entero. El "único problema" es que actualmente el/la colega de turno vive en Londres por motivos de trabajo, y no puedo ver el piso, pero si quiero puedo hablar con él/ella por skype. Eso sí, si quiero reservar el piso ya, que le mande por favor una fotocopia de mi pasaporte, y 500 euros de fianza para que me guarde el piso. ¡Sí claro! ¡¡¡y yo nací ayer!!! Como este email recibiré ochenta mil, y cada vez que me pasa me entra un ardor por dentro, ¡una rabia!... Me dan ganas de contestar llamándoles de todo... Pero acabo siempre apretando el boton de Delete y mandándo el email a la basura.

3. Otro piso para ver. Por mi zona también, habitación grande, precio un poco más caro de lo que yo quiero, pero oye! por ahí se puede hablar... Después de un par de llamadas con diálogos de besugo y de un pateo más largo de lo que yo me esperaba, llego a una casa con olor a huevo frito. Me recibe una jamaicana con "¡vamos primero a la cocina y hablemos!"; y un español, que después de saludarlo en alemán (no sabía que era de la madre patria) me contesta en inglés: "¡a mi no me hables en alemán que no entiendo ni papa!". Vaya bienvenida...

Tanta prisa por hablar primero antes de enseñarme el piso, es para hablar de la fecha en que me podría mudar porque se equivocaron en el anuncio, aunque tampoco me saben decir qué día me podría mudar porque el español no sabe para cuándo se ha comprado el billete... En fin...

La casa de entrada no me ha gustado, pero menos todavía cuando me dice que pide 410 euros (todo incluído) por una casa de abuela de los años ochenta, y que encima pide una fianza de 900 euros. La jamaicana me quiere vender la moto de que estaría genial porque ella estudia en otra ciudad, así que la casa sería prácticamente para mí sola. Pero a mi me suena eso más extraño todavía... ya, desconfiada total, me da que lo que quiere es salir corriendo con mi dinero. Es evidente que desde el primer momento no congeniamos, y ya sabemos que ni ella me va a "elegir" ni yo le voy a alquilar el cuarto. Y cuando esto pasa, uno se agarra a cualquier excusa o detalle mínimo para decir que "es que necesito a alguien que se quede más tiempo que tú", "es que yo me quiero mudar ya...". El español, raro de c*#$&, mira la partida con cara de árbitro despistado, con los brazos cruzados mueve los hombros en un gesto de "ni idea", e interviene de vez en cuando con ganas de venderme la habitación ya! ¡Salgo corriendo! y pensando "lo que hay que ver...".

Con cada visita, mis esperanzas se van resintiendo... Además, mi sexto sentido está completamente lost! Ese feeling que te habla por dentro (no, ¡no escucho voces!), esa sensación de que sabes que algo te va a salir bien o mal, ese sentimiento que percibes de otra persona, ese presentimiento que se te forma en la cabeza, esa corazonada... ¡pues no me funciona! ¿Dónde se me ha ido? Creo que el estrés y la desesperación, muy malas compañeras, se me ha zampado el sentido, lo han derretido entre sus manazas de hierro...

4. Siguiente visita, relámpago. Cuando llego al número de la calle llamo al chico y me viene a buscar a la entrada. Me habla mientras da brincos por las escaleras, de forma que cuando llegamos al tercer piso, llego totalmente asfixiada y con mitad de la información. Cuarto con salón incluido, ideal para dos personas, con ventanas que dan directamente a las vías del tren, más dinero de lo que puedo pagar. Pim pam pum! y ciao!

5. ¿A quién se le ocurre invitarte a ver su casa a las 9.30 de la mañana? A un noruego. Llego antes de tiempo, y por eso de no timbrar antes, me dio una vuelta por la zona, miro como es el barrio y timbro a la hora exacta. Una voz ininteligible y de ultra-tumba resuena por el telefonillo: "espera que me visto". Toll!  Si, por favor, que no quiero ir a una casa nudista, como preguntan por ahí:
"Comunidad de hombres nudistas en un comfortable y espacioso piso antiguo
con ascensor y terraza, busca a dos hombres compañeros de piso que quieran
'disfrutar' también del nudismo en su vida diaria. Más preguntas, por email.
Por favor, sólo los realmente interesados, mandar una solicitud con una foto
adjunta, ¡POR SUPUESTO DESNUDO! Saludos, Thomas."
¡En Berlín hay casas para todos los gustos!

Pero volviendo al noruego. Espero unos minutos y me abre la puerta. Entro en una casa con olor a pies y con las persianas todavía bajadas. Me enseña las dependencias, nos sentamos en el salón, y entre bostezo y bostezo nos damos a conocer. Me pregunta si soy enfermera, pues va a ser que no, pero es normal que pase, que con tanta entrevista y tanta gente, uno ya no sabe quién es quién. Cuando le cuento que trabajo en un hotel, me pregunta directamente que si trabajo de limpiadora, y en el fondo me jode...

El continúa en una posición medio de Buda y sigue contándome con su voz ronca que ha estudiado Historia, que ha trabajado en un puerto, en una imprenta, ... y de pronto, coge de la mesa que tiene a sus pies una cajita de metal. Yo le observo, "¿se va a liar un porro?", pienso. Abre la tapa oscura, saca una especie de papelillo, y se lo coloca en boca, entre la encía superior y el labio grueso todavía hinchado de dormir. Lo empuja con su dedo grueso y continúa hablando. Todo con una naturalidad tal que me deja desconcertada. Cosa rara tú...

El tiempo se me pasa super lento, aunque apenas llevamos 15 minutos... Por fin, terminamos con temas de la casa, me dice que si estoy interesada en la habitación le tengo que mandar una fotocopia del Pasaporte y un papel que constate que gano dinero y no le voy a dejar colgado, completamente comprensible, pero que después de tanto email raro, me hace desconfiar de primera entrada. "De esa forma tambien me ahorro trabajo", me cuenta, "sólo me lo va a mandar quien está realmente interesado", qué prácticos estos chicos del norte, tiene razón. A la noche le mando un email diciendo que muchas gracias, pero no estoy interesada y Viel Glück!" (¡mucha suerte!).

6. Punto de intercesión... Más al norte de Berlín, pero céntrico, una casa amplia, habitación más pequeña que la mía pero suficiente y espartanamente amueblada, 10 euros más de lo que pago ahora. Peeero... con un señor sirio de 40 y pico años que tiene los hijos cada X semanas. Me gusta mucho el sitio y la casa (que tiene una terracita donde ya me veo desayunando todos los días), y el señor es más simpático que la mitad de la gente que he conocido hasta ahora. Pero ¿qué hago? Me voy con la convicción de que voy a coger la casa, aunque con una gran duda de si es lo mejor, así que decido hacer una "encuesta familiar" y el voto popular da como respuesta: "no". Así que con un poco de pena e inseguridad, le digo a Massoud que Sorry...

7. Ingo tiene una casa grande, por donde yo quiero, la cocina enorme, un salón gigante y terraza. Me habla super rápido, como nervioso, y me cuesta pillarle el ritmo. Mi cuarto sería chiquitito, no le da la luz y da a un patio interior, pero tiene claridad y me es suficiente. Este oftalmólogo, que me sorprende en español a mitad de la conversación, quiere a alguien que no esté mucho tiempo en casa ¿cómo? Sí, busca un Pendler o Pendlerin, cuya traducción sería persona que por ejemplo, tenga su trabajo en Berlín pero se vaya todos los fines de semana a Hamburgo donde también tiene una casa, o como la compañera de piso que ya tiene, que es azafata de Easy Jet. Yo le insisto que me gusta mucho el lugar, y que de todas formas no me paso mucho tiempo en casa, cosa que, por otro lado, es cierto. Sin embargo, presiento que no cumplo el perfil que el busca y que no le ha gustado el tema de "las visitas".

Una semana más tarde, en el trabajo recibo una llamada: "Hola soy Ingo, que mira, la habitación se la he dado a otra persona que se ajustaba más a lo que yo quería, de todas formas pienso que era demasiado pequeña para ti. Lo siento. Pero mira, ¿te apetecería hacer tandem? Los dos estamos fit, y podríamos quedar para patinar ¿te parece?". Así que no tengo piso, pero tengo un amigo nuevo...

Jo... Me gustaba mucho dónde estaba situado este último piso... Nada, a seguir buscando. Y sigo enviando emails, ¿cuántos llevo ya...? más de 80! Piso de estudiantes, al final no porque tendría que compartir habitación y ahora no me apetece... Piso en el centro mismo de Berlín con una señora, todo fantástico hasta que me envía las normas de la casa: "zapatos dentro de la casa "no", cuando cocines utiliza la pala de madera para no rayar el caldero, no colgar la toalla en bla bla bla... las visitas tienen que pagar 9 euros diarios más...". Las normas de limpieza las puedo entender, pero que mis visitas paguen... ¡va a ser que no! Piso barato por la zona que quiero pero...
Busco novia, ¡alquiler gratis!


8. Una casa como de muñecas, y no sólo porque no sea muy grande sino por la chica con la que me tocaría vivir, chiquitita, simpática y delicada. La casa se ve en nada, una mini cocina, un baño, y mi cuarto grande y luminoso que da a la calle, sin amueblar pero con un colchón por lo menos.

Sandra tiene la misma edad que yo pero parece que tiene 18, se quiere ir a Australia el próximo año y busca alguien que se quede mínimo un año. Lo malo también es que era la primera a la que entrevistaban así que desde que hice la entrevista a mitad de mes... se habrán olvidado de mi. Por cierto, le voy a mandar un email a ver... Lo único es que no tengo el cuarto amueblado (completamente normal por estos lares, como ya les he contado) pero estaba bien.

9. Karin, Philipp y Stefan vivien en Neukölln Neukölln, un par de paradas más lejos de donde vivo yo ahora pero bien conectado con tren/metro/bus. Parecen buena gente pero la casa es un bajo, y mi cuarto apenas tiene luz y huele a ñoños y humedad... Hablamos mientras uno de ellos se come un plato de pasta de pie, apunto mi nombre y teléfono en una lista de "solicitantes" y me voy de nuevo con nada en las manos.

No sé si les pasa a ustedes también, pero cada vez que miro un piso, me hago a la idea de mi persona en ese lugar, con esa gente, utilizando esa cafetera... Es una sensación rara, pero por un momento me invento una parte de mi vida. Y así llevo inventándome día tras día con cada anuncio, con cada piso... ¿Seguimos?

10. ¿Se acuerdan de las fotos que colgué el otro día de marcha con Chano? Pues un piso por esa zona, barrio de Friedrichshain. Me abre la puerta un chico tipo ¿punk? no sé, de estos que tiene el pelo rapado y a la vez mechones de pelo largo tipo la chica de verde:
Miren que graciosos, los propietarios han puesto una caricatura de ellos mismos...
(esto es de otro anuncio que nada tiene que ver con la casa que les estoy contando).
Al principio me choca, pero enseguida uno se hace, y además pienso, "Elena, no hay que juzgar por las pintas sino por como es la gente", a eso iba ¿no? ¡a conocerles! La casa es grande, mi cuarto tambien, con dos ventanales que dan a la calle, con claridad aunque no luz directa. Pega: que el cuarto es de un fumador y huele a cigarro... El baño no lo puedo ver de entrada, porque lo está utilizando el compañero de Jan, que me cuenta que es artista. El otro chico claramente amanerado, y que no para de restregar (de una forma muy natural, no porque esté yo allí) los fogones de la cocina antes de hacerse un cafe, ha estudiado alemán y francés, y según me cuenta trabaja "para tener el dinero justo y poder disfrutar de la vida y de tiempo libre".

Sentados en la cocina, super chula, me hacen la típica radiografía de todos mis motivos y motivaciones para elegir esta ciudad y esa casa; y después de una hora (y algún silencio incómodo) les digo que lo siento, pero que me tengo que ir porque llego tarde a trabajar. Me han caído bien, pero yo no sé si yo a ellos también... Y la única pega... el olor asqueroso a tabaco en el cuarto... ¡Todo sería cuestión de airearlo!

¿Por qué número vamos ya? Yo ya perdía la cuenta... Menos mal que me hago unas "fichas", como quien dice, con los pisos (datos tipo calle, precio y características) y la impresión que me llevo, que sino ya estaría trastocada...

La presión del principio cuando me quería mudar el 15 de mayo se me ha ido un poco, y estoy buscando con tranquilidad, pero ahora que ya casi estamos llegando al ecuador del mes... la inquietud vuelve a hacer acto de presencia... He mandado muchas solicitudes, pero todavía no es que haya visto muchos, ¡aunque a mi me lo parece!

¿Todavía aguantan un par de visitas más? ¿O ya están hartos de leer?

11. He quedado con Sven a las 10.30h. Llego puntual, y cuando voy a mirar en "mi ficha" dónde tengo que timbrar... Jarl! no lo tengo. Probemos a buscar por "Sven" en las pegatinas del interfono, nada. Su teléfono... tampoco lo tengo, pues nos escribimos por email. Mierda! E internet, no tengo. ¿Y ahora qué hago? Tengo apuntado que es el primer piso y que da al patio interior... Toda la fachada está en obras y un obrero abre justo en ese momento la puerta. Allá vamos.

Toco al timbre, una chica con cara de interrogante me dice "Buenos días", le pregunto si vive algún Sven, le cuento mi rollo, y me dice que no sabe, que si no tengo más datos. Con lo que tengo, me manda al edificio que está pasado el patio interior (aquí en Berlín muchos edificios se componen como de dos estructuras, edificio principal que da a la calle, y otro, al que se accede cruzando un patio interior). Toco el timbre:
- "Buenos días, ¿vive aquí alguien llamado Sven?".
- "No... lo siento. ¿Sabes dónde vive?".
- "En el primer piso".
- "Eso es arriba, aunque no me suena...".
.
Allá que vamos. Miro los nombres de los timbres, nada parecido a Sven, y tampoco sé como se apellida... Ding dong... Y me aparecen dos chiquillos turcos. Sorry! Toco en la siguiente puerta, no hay nadie en casa. Toco en la tercera puerta.
- "Buenos días, ¿vive aquí alguien llamado Sven?".
- "No... ¿eres española?".
- "Sí."
- "¡En este edificio viven también un par de españoles!".
- "Ah! qué bien" -jajajajajaja, qué le voy a decir!-.
Me pregunta por qué busco a Sven, y le cuento mi película, mirando mejor en los datos en el email del anuncio pone que es la casa que da a la calle. Así que regreso nuevamente al primer edificio, y pruebo en el primer piso. Ding dong...  "¿Sven?". SI!! Perdón el retraso, pero es que me he dedicado a conocer a todos tus vecinos primero...

Casa tipo pasillo, cocina enorme con mesa enorme, un baño de tamaño mediano y mi cuarto grande también con vistas al patio interior. "¿Amueblado?", le pregunto. "Si". "¿y la cama...?". En el rincón, lo que pensé que era un tendedero de ropa amontonada, está la cama, improvisada sobre unas columnas de altavoz y una mesa. Sería sólo hasta septiembre. La tacho de la lista.

12. "Quedamos entonces el viernes a las 12h. ¿Tienes facebook?". mmm eso no me gusta mucho, pero se lo doy, total sé que no me va a encontrar porque lo tengo configurado así. A 10 minutos andando de mi actual casa, al lado del río y de un parque enorme! Un cuarto piso, casa barata y pequeña, pero por fin!!! con un cuarto al que le da el sol todo el día!!!! (no tan grande como mi actual piso, pero 16m2, que no está mal! Con colchón, sillón y escritorio incluído!). LO QUIERO!!!

Mi compañero de piso es, a simple vista, un poco sosillo, pero bueno, tampoco da para mucho 10 minutos de visita. Acaba de perder su trabajo, y está pensando en irse a vivir con su novia a München, pero el piso es suyo, así que no tendría que quedarme yo con el piso, sino que simplemente tendría que buscar (él) nuevo inquilino.

La habitación estaría disponible desde ya, y como muchos quieren alquilarla cuanto antes, le digo que si necesita el dinero que le puedo pagar a partir del 15 de mayo junto con la fianza para reservarlo, y ¡error! creo que no le gustó. Me pregunta si estoy desesperada por encontrar un piso, bueno claro que quiero conseguir piso ya, pero le digo que no es eso, que todavía no he buscado mucho, pero que se lo digo por si necesita el dinero y, sobre todo, porque sé lo que quiero y el piso me ha gustado y ¡lo quiero! Que se decide este fin de semana. Hoy le escrito por facebook a ver si suena la flauta...

Así que waiting, waiting, waiting....

"Buscar pisos en Berlín". Toda una experiencia... Mientras, ¡ustedes crucen los dedos y recen! Y Jose y Alby, ustedes vayan preparándome la cama del cuartucho... que a este ritmo ;) jejjejejej. ¡Espero que no haga falta!

9 de mayo de 2012

Remix de Berlín.

Nunca es tarde cuando la dicha es buena, ¿no? Y la dicha en este blog, es seguir viendo más rincones de Berlín, esta vez con Chano. No, no ha adelantado su vuelo, ¡sino de cuando vino en marzo! Un poco de todo: clases de botánica y picnic en el Jardín Botánico de Berlín, marcha de hard techno y electro en Warschauer Strasse, merienda en NikolaiViertel o un intento por ver la Iglesia Memorial Kaiser Wilhelm (die Gedächtniskirche). 

Botanische Garten: ¡43 hectáreas y 22.000 especies! Ahí es nada...  

La pena es que fuimos un poco pronto... ("estacionalmente" hablando) y muchas especies estában bajo tierra o renaciendo...
Y primera visita... ¡¡el invernadero de nuestras queridas islas!!
Un poco de "canariedad", con Drago y todo!!!
¡Miren que Tajinaste! Casi se me caen las lágrimas... ;)
El Jardín Botánico de Berlín alberga el invernadero más grande del mundo, el Grosse Tropenhaus, de 25m. de altura, 30 de ancho y 60 de longitud. Con espacio para plantas de los cinco continentes, desde bambús a plantas carnívoras.
Una humedad y un calor ¡del carajo!
Mami, para que disfrutes de flores...
 Y esto para que se rían un rato...
¡Esto va por ti sister!
¡Paseo con ardilla incluida!

Puesta de sol en Wannsee: una zona de lagos al suroeste de Berlín, un poquito más abajo del Jardín Botánico. En esta zona se encuentra el Strandband Wannsee, que tiene una de las playas interiores más largas de Europa, que espero disfrutar algún fin de semana de este verano para saciar mi sed de "chapuzón y sol".
 

Y para contrastar con tanto verde, naturaleza, aire fresco, sol, animalitos, y caminatas saludables... Nos sumergimos también en la decadente nocturnidad de la calle Warschauer Str. Primero quedamos con mi compañera de trabajo Gina en un bar de cocktails en plan tranquilito, y después de un par de copas, decidimos mezclarnos hasta las tantas de la mañana entre sonidos metalizados en unas naves industriales de ladrillo rojo pintarrajeadas todas de graffittis super chulos.
Eso sí, ¡con bici incluida!
Just enjoy the music!!




Y también descubrimos un barrio super chulo!! el NikolaiViertel. Unas calles que me recordaron a los típicos barrios franceses de París. Todo de piedra, con casas bajas, con tienditas cuidadas al detalle, el río a un lado, unas vistas impresionantes a la Catedral... En fin:
 Justo al ladito de Alexanderplatz, miren ¡qué cielo!

Y por último die Gedächtniskirche (Iglesia del recuerdo), conocida coloquialmente como "el pintalabios". Iglesia que quedó destruida tras la Segunda Guerra Mundial y que se decidió dejar así como recuerdo del desastre de la guerra.
Así es como era en 1900, curiosa por ser una iglesia de cinco torres, contaba con la torre principal más alta de la ciudad, y el interior estaba decorado con mosaicos de la vida y hazañas de Guillermo I, iglesia para quien fue construida,
Como la debería haber visto:
Como la vimos. Porque sí mami, después de haber estado buscando la Iglesia por entre los mapas, preguntando por ahí "sobre una iglesia de cuyo nombre no tenía ni idea...". Cuando llegamos... ¡Decepción! Está en restauración, y no vi nada de la ruina más que en el interior, como en la foto, pero TODA tapada (hasta arriba del todo) por una cubierta blanca. Así que ver ver...
¿Donativo? ¡Con tarjeta de crédito también!
Además de la Iglesia en ruinas, se creó un monumento conmemorativo: una torre con 20.000 cristales en tonos azules, del arquitecto Egon Eiermann. Conocida como "la polvera". ¡Increíble!
El Cristo, ¡colgado milagrosamente!, no dimos con el "truco"...
Y un órgano enorme, para la "organista" de la familia!
Buen remix, ¿no creen? ¡¡¡Hasta la próxima semana!!!