Y con la pena de que fuera el último día pero con el sabor de haber exprimido al máximo los días. Planeamos el último día berlinés entre dos extremos antagónicos, dos situaciones que ciertamente no tienen nada que ver y hasta se repelen, como los imanes, pero que fueron la guinda. Profundos los dos, cada uno en su forma y sentido. La muerte y la vida.
Por la mañana de visita a un campo de concentración y por la noche de marcha en la discoteca más conocida de Berlín. Allá van las impresiones (y nunca mejor dicho) y las anécdotas del día de despedida, que haberlas.... ¡haylas!.
Por la mañana de visita a un campo de concentración y por la noche de marcha en la discoteca más conocida de Berlín. Allá van las impresiones (y nunca mejor dicho) y las anécdotas del día de despedida, que haberlas.... ¡haylas!.
CAMPO DE CONCENTRACIÓN DE SACHSENHAUSEN
El día nos recibía con unos nubarrones negros que lejos de empañarnos el día, más bien acompañaron el significado de lo que íbamos a ver en unas pocas horas. Con salida desde la Puerta de Brandenburgo, nos presentamos al grupo con el que íbamos a hacer la excursión.
- "Hola, mira ya tenemos compradas las entradas desde internet".
El chico se me queda mirando de lado y me responde:
- "Yo a tí te conozco".
Mi cabeza da vueltas intentando ubicar la cara... pero no soy capaz de ponerle nombre ni lugar: "ya, quizás porque es la tercera excursión que hago con ustedes...".
- "No. Te conozco de un partido de fútbol de España que vimos en el mismo local!", y mirando a Ali y Carol, "¡y no me dió bola!".
Jajajaja!! Definitivamente cada vez pienso más que Berlín es muy pequeño, pues no es la primera de estas casualidades que me pasan. Y es, entonces, cuando me siento en casa.
Después del momento anecdótico, tren para el campo de concentración.
A unos 45 minutos en tren desde el centro de Berlín.
De camino al lugar empollándonos la información, ¿les cuento? Sin ensañarme mucho en el tema, les explico un poco... ¡Después las imágenes hablan solas!
Sachsenhausen fue construído en 1936 por los nazis. Al principio sólo se utilizó para recluir a los considerados adversarios políticos, y progresivamente fueron incluyéndose todos los colectivos que para los nazis eran inferiores: judíos, homosexuales y un largo etcétera de razas. El campo tuvo una vital importancia administrativa dada su cercanía a
Berlín, y porque desde aquí se coordinaban el resto de campos de
concentración.
Los primeros años sólo fue un campo de concentración, dónde se utilizaba a las personas como mano de obra gratuita, y después se amplió a "campo de exterminio". El campo fue utilizado por los nazis hasta 1945, y en él hubo más de
200.000 personas recluídas y unos 30.000 prisioneros murieron asesinados
A partir de 1945 y durante cinco años, tras la derrota del dominio nazi, el campo fue todavía utilizado por el servicio secreto soviético que reclutó principalmente a funcionarios de bajo rango del régimen nazi, perseguidos políticos y personas condenadas por los tribunales militares soviéticos, en total unas 60.000 personas. En 1948, ¡este campo de concentración se convirtió en el campo más grande de los campos especiales soviéticos! Los soviéticos siguieron utilizando todas las instalaciones excepto el crematorio y las instalaciones de exterminio. Aun así, durante este período murieron unas 12.500 personas de malnutrición y por diversas enfermedades.
En 1950 el campo fue abandondo. El recinto como Sitio Conmemorativo tal como hoy lo conocemos no fue inaugurado hasta 1993. Y ahora, pasen y tápense los ojos...
Entrada al campo. Edificio al fondo, Torre de Vigilancia. |
El campo fue construído por un arquitecto de la SS como "modelo" de campo de concentración. Una planta que permitía mantener el control absoluto desde la Torre de Control, y que imprimía en los reclusos una sensación de sometimiento.
Planta. |
"El trabajo hace libre", lema a la entrada del campo. |
Visión del campo nada más entrar. Al fondo Monumento Nacional de Recuerdo y Conmemoración de Sachsenhausen que construyeron los soviéticos en 1961.
"Zona Neutral: se disparará sin avisar". El campo estaba rodeado de un muro y una alambrada electrificada (con un voltaje incapaz de matar a una persona).
Entre los trabajos que se hacían en este campo, los prisioneros fabricaban zapatos para la armada. En esta zona, con distintos tipos de superficie, los reclusos debían probar dichos zapatos. Podían obligarlos a caminar en círculos durante todo un día, entre 25 y 40 kilómetros diarios, a veces, incluso cargados con mochilas repletas de piedras.
Barracones. Actualmente no queda ningún barracón en pié, sólo se volvieron a reconstruir dos barracones para el museo, y el resto están indicados en el suelo con piedras.
"No tener ningún sitio dónde esconderse, dónde expresarse o ser tú mismo". Ab Nicolaas. |
Letrinas. |
Dormitorios en los barracones. Al principio eran literas sólo de dos pisos, pero con el tiempo y dada la falta de espacio, se incluyó un tercer nivel. En la habitación que ven abajo, llegaron a caber 200 personas. Una cosa es verlo en películas y otra en vivo y en directo...
Y es que, como nos explicaba el guía, "el único error que cometieron" los nazis fue apuntar todo y tener un control tan exhaustivo de lo que hicieron, pues todos los horrores que cometieron están documentados. Porque se puede decir, por duro que suene, que la dinámica del campo estaba perfectamente organizada y rentabilizada al máximo. Se utilizaban a las personas como mano de obra gratuita, se les exterminaba de la forma más barata (cámaras de gas, de forma que se podía matar a más de una persona a la vez y sin un yugo que con el tiempo pudiera tener dudas morales), se aprovechaban todas las cosas de valor que las personas pudieran tener (hasta empastes de oro), se utilizaban a los propios compañeros para que se castigaran unos a otros so pena de muerte para que la policía no se mezclara con los presos y no sufriera un deterioro mental, y se tenía el campo bien distribuido de forma que se mantenía al populacho en los barracones y a los políticos o aquellas personas que pudieran tener cierta influencia en una zona especial:
Un castigo consistia en colgar a los presos de estos palos de las muñecas, que estaban previamente atadas a la espalda. |
Celdas. |
En Recuerdo de... |
"Libro de los muertos. 1936-1945". |
Monumento en memoria del prisionero. |
Sala número 2: Cámara de gas. |
Sala número 2: Aspecto actual. |
Archivo fotográfico de la Sala número 2. |
Reconstrucción de los hornos crematorios. |
(*) Recomendaciones:
*Libros:
Si esto es un hombre. Primo Levi.
Amanecer en París. Paloma Sanz.
*Películas:
La zona gris.
Los chicos del Swing.
Después de un día intenso... nos fuimos a casa descansar y a asimilar un poco la crueldad humana...
¡PANORAMA!
Nuestro objetivo era ir a una de las mejores discotecas do mondo, según no se qué revista inglesa. Dónde resulta que entrar es toda una odisea. Se llama Panorama. "No hablen español que no las dejan entrar", "ustedes como si hubieran entrado más veces, como si fueran asiduas", "no se desesperen, como si les encantara hacer cola", "vayan bien vestidas", "no hablen", ... Vamos, que una vez en la cola ¡¡¡¡no sabíamos qué hacer!!!! Quítate la chaqueta, póntela que hace frío, ponte glossy, no te lo pongas que ya estamos casi en la entrada, sonríe, pon cara de chula, vamos, ¡como adolescentes!
Así con la expectación y exitación en el cuerpo, y viendo como a la mitad de las personas no las dejaban entrar, preparamos la táctica y nos pusimos a la cola. Y cuando nos toca el turno un señor pasados los 40, vestido todo en cueros y con pierciengs hasta en el alma, nos dice "No". ¿¡¿¿CÓMO?!?! ¡¿Pero qué hemos hecho mal?! ¡¡¡¡Vaya bajón!!!!!
¡Pues táctica B! Nos vamos al WaterGate. Una discoteca a orillas del río, con unas vistas increíbles
Esta foto es de internet, porque estaba prohibido sacar fotos dentro del local, y aunque nosotras lo intentamos, un segurata pilló a Carol y le hizo borrar las fotos.
Y de pronto, un chico que conocimos en el lugar y con un nombre muy apropiado para la situación "Lio" (jajajaj), nos dice: "¿no les dejaron entrar al Panorama?, ¡yo les puedo entrar!". Si anda pensé... ¡¡Pues sí!! ¡Y esta vez por la puerta grande!
WaterGate. |
Y de pronto, un chico que conocimos en el lugar y con un nombre muy apropiado para la situación "Lio" (jajajaj), nos dice: "¿no les dejaron entrar al Panorama?, ¡yo les puedo entrar!". Si anda pensé... ¡¡Pues sí!! ¡Y esta vez por la puerta grande!
¡Segundo intento! |
La noche nos había querido sorprender y dejar para el final la sorpresa... Un antro de mala muerte pero con una música increíble. ¡Qué subidón! Aunque lo de "la noche" es un eufemismo, porque para cuando entramos en el lugar ya estaba empezando a amancer. Las siete, las ocho, las nueve... Empezábamos a pisar la hora limite. ¡Nos queremos quedar pero nos tenemos que ir!
Y bueno, no calculamos muy bien, porque cuando llegamos a casa nos sobraba todavía como una media hora para salir al aeropuerto, media hora mortal, en que el cansancio se mezcla con la mermelada del desayuno, y entra en una pelea y lucha infernal por no sucumbir al soporífero sueño que sólo quiere cerrar los ojos.
A las 10.30 habíamos acordado que tenían que salir al aeorpuerto, y que si no les importaba yo no las acompañaba porque me tenía que duchar y arreglar para ir a trabajar. Sólo faltaba un minuto para las y media y Carol todavía no había llegado, pues ella había seguido un poco más, y yo con el estrés de "llegará o no llegará"... Pero de pronto ding dong!
Y así, después de toda las emociones del día, quedaba la peor: una despedida con olor a noche, con el reloj apremiando, con lágrimas en los ojos y abrazos que parecen siempre los últimos...
Y en menos de cinco minutos de euforia, estrés y sentimentalismos, me quedé sola. ¿Y yo ahora qué hago con esta otra media hora que me queda para ir a trabajar? La peor decisión que se puede tomar en estos momentos: "pues por lo menos, voy a dormir media hora".
Me pongo como cinco despertadores y cierro los ojos. Al cabo de lo que me parece nada ¡me suena el teléfono! "Joder... ¿ya se pasó la media hora?". Cojo el móvil y veo que Carol me está llamando... Y una alarma me enciende de sopetón, ¿qué habrá pasado?
- "Chas Ele, chas!... Por favor, coge el monedero donde teníamos el fondo común y dime que está dentro", ella había sido nuestra administradora durante todo el viaje con un monedero que es mío.
Busco en la habitación, abro la cremallera grande y nada de lo que "debo" esperar. Abro el bolsillo pequeño y... ¡MIERDA!
- "¡¡¡¡Tú DNI!!!!"
- "Joder Ele... ¡que no llegamos!".
- "¡Menos mal que te diste cuenta en el taxi y no en el aeropuerto!. Pues mira, como volver a mi casa es una pasta y una pérdida de tiempo y yo en menos de dos horas tengo que ir a trabajar, vayan al hotel donde trabajo que está a tan sólo veinte minutos de Tegel, y espérenme allí. Yo, lo siento, pero me tengo que duchar, y cogo un taxi pitando para allá!".
Así que corriendo, con la boca sabiéndome al último ron y a café con leche, sin apenas voz, y con el cuerpo molido, me meto en la ducha y acto seguido en un taxi rogándole por favor que vaya todo lo rápido que puede. Por el camino voy leyendo, casi estudiando se podría decir, el DNI de "Carolina Sarmiento Williams", mirando, a intervalos, como la ciudad se ralentiza y me mira sin importarle que tenga prisa, y como el contador va avanzando y yo ni siquiera he comprobado si tengo dinero en la cartera...
En la puerta del Hotel, con caras desencajadas por el estrés, nos reunimos las tres Calaveras nocturnas. Un intercambio de besos, DNI y un último abrazo. Las veo marcharse en el taxi... Y otra vez esa sensación de vacío. Pero a mis pies, la puerta de entrada a la rutina y al olvido:
- "¡Elena! ¿pero qué haces aquí tan pronto?".
¿Te cuento? ....
Y bueno, no calculamos muy bien, porque cuando llegamos a casa nos sobraba todavía como una media hora para salir al aeropuerto, media hora mortal, en que el cansancio se mezcla con la mermelada del desayuno, y entra en una pelea y lucha infernal por no sucumbir al soporífero sueño que sólo quiere cerrar los ojos.
A las 10.30 habíamos acordado que tenían que salir al aeorpuerto, y que si no les importaba yo no las acompañaba porque me tenía que duchar y arreglar para ir a trabajar. Sólo faltaba un minuto para las y media y Carol todavía no había llegado, pues ella había seguido un poco más, y yo con el estrés de "llegará o no llegará"... Pero de pronto ding dong!
Y así, después de toda las emociones del día, quedaba la peor: una despedida con olor a noche, con el reloj apremiando, con lágrimas en los ojos y abrazos que parecen siempre los últimos...
Y en menos de cinco minutos de euforia, estrés y sentimentalismos, me quedé sola. ¿Y yo ahora qué hago con esta otra media hora que me queda para ir a trabajar? La peor decisión que se puede tomar en estos momentos: "pues por lo menos, voy a dormir media hora".
Me pongo como cinco despertadores y cierro los ojos. Al cabo de lo que me parece nada ¡me suena el teléfono! "Joder... ¿ya se pasó la media hora?". Cojo el móvil y veo que Carol me está llamando... Y una alarma me enciende de sopetón, ¿qué habrá pasado?
- "Chas Ele, chas!... Por favor, coge el monedero donde teníamos el fondo común y dime que está dentro", ella había sido nuestra administradora durante todo el viaje con un monedero que es mío.
Busco en la habitación, abro la cremallera grande y nada de lo que "debo" esperar. Abro el bolsillo pequeño y... ¡MIERDA!
- "¡¡¡¡Tú DNI!!!!"
- "Joder Ele... ¡que no llegamos!".
- "¡Menos mal que te diste cuenta en el taxi y no en el aeropuerto!. Pues mira, como volver a mi casa es una pasta y una pérdida de tiempo y yo en menos de dos horas tengo que ir a trabajar, vayan al hotel donde trabajo que está a tan sólo veinte minutos de Tegel, y espérenme allí. Yo, lo siento, pero me tengo que duchar, y cogo un taxi pitando para allá!".
Así que corriendo, con la boca sabiéndome al último ron y a café con leche, sin apenas voz, y con el cuerpo molido, me meto en la ducha y acto seguido en un taxi rogándole por favor que vaya todo lo rápido que puede. Por el camino voy leyendo, casi estudiando se podría decir, el DNI de "Carolina Sarmiento Williams", mirando, a intervalos, como la ciudad se ralentiza y me mira sin importarle que tenga prisa, y como el contador va avanzando y yo ni siquiera he comprobado si tengo dinero en la cartera...
En la puerta del Hotel, con caras desencajadas por el estrés, nos reunimos las tres Calaveras nocturnas. Un intercambio de besos, DNI y un último abrazo. Las veo marcharse en el taxi... Y otra vez esa sensación de vacío. Pero a mis pies, la puerta de entrada a la rutina y al olvido:
- "¡Elena! ¿pero qué haces aquí tan pronto?".
¿Te cuento? ....
Nos quedó pendiente para la próxima ocasión la excursion a un campo de concentracion...aunque por lo que veo y comentas hay que ir preparados...
ResponderEliminarRespecto a la vida nocturna, entrada o no en la discoteca, llegada tardía, falta de DNI y taxis, creo que para ustedes es una muesca mas en el revolver;-)
Moitos Beijos
Pero Ele, pareces nueva!! cómo pretendiste dormir esa media hora?? años y años de duro entrenamiento a la basura! al final no la duermes xq estás agobiado pensando que se te va a pasar la hora y, si te duermes, ya te puedes poner 5 alarmas, que ni por esas te ibas a despertar! todo lo del DNI fue un favor del destino para que no llegases tarde al curro!
ResponderEliminarSi, son una de esas cosas a las que hay que ir al menos una vez en la vida. Sorry, yo es que por segunda vez y tan seguido... como que no tenía cuerpo, sabes?
ResponderEliminarExacto, en el momento stress!!! pero ahora con persperctiva me parto de risa, y si no fuera por estas anécdotas, qué le vamos a contar a Daniela sino?!?!?! jajajaj!!! Qué aburrimiento de vida sería!
"Años de duro entrenamiento" dice... jajjajaa! Y que hacía en media hora... pintarme las uñas, limpiar?? Si te digo la verdad, en el fondo fondo fondo de mi subconsciente... me quería quedar dormida! y dormir!!!! ;)
jajajja, ele, genial, es q en realidad fue todo así..lo has sabido plasmar muy bien..
ResponderEliminary q guay el nombre, el trío calavera y las tres calaveras nocturnas..
hay muxas más fotos y anécdotas q apuntamos en nuestra libreta, pero lo mejor es lo bien que lo pasamos y q lo aprovexamos atope!!,ajjaja
el año q viene donde???
++++++++++++++++++++++++++++++++++++
Dile a Carol que lleve la libreta el sábado! que la quiero leer!!!! que al final, no lo vi todo!
ResponderEliminar¿A dónde? veamos qué depara mi cabecita...