Y la experiencia llega a su fin...
¡De vuelta a casa!
19 de diciembre: Berlin -Madrid (07.25-10.50h) - por EasyJet.
21 de diciembre: Madrid - LPA (12.50-14.50h) - por Ryanair.

9 de julio de 2012

Historias de Barra (FO II)

Toda la mañana en recepción aguantándome un pis pa'luego, por fin voy, y cuando regreso: "¿dóndes estabas?". La entrada está llena hasta la puerta de viejillos impertinentes. Un grupo de más de diez personas que quieren todos su habitación YA! "¿Su nombre, por favor?", "¿Puede firmarme aquí?". "Quiero mi habitación". Gleich, en seguida. ¿"Ya me firmó?". "¡Ya llevo esperando un rato!". Suena el teléfono. Otra señora por detrás, "¿y mi habitación? yo ya firmé hace rato...". "En seguida". Y otra octogenaría, "¿y mi llave? ¡Yo todavía no tengo llave!". Entrego una habitación. "Yo quiero estar al lado de mi amiga X". Recogo el formulario que nos tienen que firmar a la entrada. "¿No estamos en la misma planta?", "¿y mi habitación?". Suspiros van y vienen, y miradas impacientes me quieren comer.

Pero esto no es lo peor, de hecho son sólo unos minutos de estrés que ¡hasta me gustan!. 

- "Buenas tardes, Gold Inn Hotel Adrema, habla con la Srta. Navarro".
- (...)
- "¿Puede repetirme, por favor?".
- ........
-  "Disculpe, es que no le he entendido bien...".
- (...) - El señor, estresado por no se qué de algo que olvidó en el hotel, en vez de repetirmelo cada vez más despacio, me lo repite cada vez más rápido, más desesperado y más alto. Hasta un punto que ya me chilla por el teléfono a grito pelado, literal:
- "POEWIJ"·$% AÑDOI"·$% "·$%&%$·"JKJKJ!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!".
Pues ahora sí que no le entiendo... Si gritándome se piensa que le voy a entender mejor... Lo que sí entiendo es la parte de... "¡¿¡¿no me puede pasar con otro compañero?!?!".
- "Disculpe, está ahora ocupado. ¿Puede esperar un momento o llamar dentro de cinco minutos?".

También he tenido quien me diga "¡¡¡¡¡¡pues le voy a decir a mi empresa que NUNCA MÁS reserven en su hotel!!!!" seguido de un "¿Me puede dar su nombre para saber con quién he hablado?". Que te deja esa sensación de incertidumbre en el cuerpo de... "¿lo he hecho bien?". Yo estaba segura de que yo tenía razón (una cuestión de precios), pero se te quda ese gusanillo en el cuerpo con esas amenazas que sólo quedan en palabras.

Pero no todo son malos tragos. Al contrario, ¡son los que menos!
- "¿Y como haces para sobrevivir? Aquí nadie sonríe, eres la única que lo hace", me dice un cliente italiano que viene una semana sí y otra también. Y antes de marcharse me dice, "yo busco gente como tú... Métete en la web de mi empresa".
- "¿Tiene algo que ver con comunicación?", le pregunto. Porque no sé por qué, pero tengo ese feeling.
- "Es algo extraño...", me dice misterioso y me escribe la dirección en un trozo de papel y se va.
A los dos minutos, se da la vuelta y me dice: "Elena, aquí tienes mi tarjeta de visitas, escríbeme un email".

Incluso, ¡nos dan propina! ¿Alguien de ustedes ha dado propina alguna vez a recepción? En el restaurante, al chico que lleva las maletas (que no tenemos....), ¡pero a recepción? Pues sí, y oye, tengo semanas que me siembro.

A veces el cliente es tan encantador y cercano que parece que los conozco de toda la vida. Una pareja mayor de italianos, por ejemplo, que me llamaban por mi nombre de pila, que me preguntaron por mi persona (y mi vida) de corazón, que se esperaban en la cola para que yo los atendiera, que me saludaban cuando llegaban al hotel ¡como si fuera su nieta!, que se despidieron de mi con abrazo largo y placentero... ¡Así da gusto trabajar! De esas personas que se dejan querer.

Un abuelos risueños que al despedirse me dejaron una tarjeta suya (abrazo y propina incluida), a través de la que pude escrudiñar un poco de su vida real, él era cirujano. Kras! Hay vida detrás... ¡pero cuánta!

También está el típico jovencito (o el que no lo es tanto) que te pregunta, así como no quiere la cosa, "¿a qué hora sales de trabajar?". Unas veces a sangre fría, otras tantas, acompañado de un vaho de alcohol y un desliz en la lengua que indica que lleva un pedo considerable.

Y es que hay de todo... Hay quien me ha recibido en calzoncillos en la habitación, ¡blancos! ¡¡que horror!!, o con un picardías a través del cual se veía hasta el más allá.

Y hablando de paños menores. Por supuesto, tenemos lo que ya mi jefe llama como Kiki Room (es que un día me contó que fulanito se llamaba Kiki, y yo me eché a reir, y le expliqué lo que significa en español, y ya lo bautizamos así). Son las típicas parejas que llegan a las 7 de la mañana, con los ojos inyectados en sangre, preguntando por una habitación por la que están dispuestos a pagar más de lo que pagarían cualquier otro día normal, y que normalmente piden un cepillo de dientes antes de marcharse...

Al final del turno de tarde, tenemos que hacer lo que se conoce como Rundgang, esto es, recorrerse el hotel de arriba a abajo para ver si hay algo fuera de lo común. Un pasillo sin luz, que el ascensor no funciona, cerrar alguna puerta, recoger las bandejas del roomservice que la gente deja en el pasillo, apagar la sauna, ... Se hace sobre las 22h, cuando ya apenas hay nadie por ahí. Sin embargo, un día lo hice tan atropelladamente o tan automáticamente, que se me olvidó tocar la puerta del baño de los hombres tres veces antes de entrar y pesqué a un pobre cliente de pie haciendo pis. ¡Me entró un ataque de risa! "Perdón, perdón, perdón". Los días siguientes que el pobre joven pasó por recepción tenía una cara de entre vergüenza y coñita... ¡Si había sido mi culpa!

Ya hemos vivido un robo en el hotel, que salte la alarma de incendios porque la cafetera de la cocina está soltando mucho vapor, que de pronto comience un estruendo ensordecedor y empiece a salir aire como un tornado por una de las salidas del aire del sótano, o que tengamos que llamar a la ambulancia porque un cliente tiene un ataque de no sé qué o porque un vagabundo borracho hasta las trancas esté tirado en las escaleras de entrada al hotel echándose el sueño de rigor.

"Y por cierto, ¿de cuántas estrellas es el hotel?" Me pregunta una pareja. "¿¡¿Cuatro estrellas?!?", sonríe ruborizada, mientras la mano le tiembla al sacar el dinero de un sobre que no sé cuánto tiempo lleva ahorrando. "Es sólo por saber, es que no acostumbramos mucho a hacer esto". Se nota el tren de vida entre aquellos que tienen o no tienen tarjeta de crédito. "Y ¿cuántas estrellas tiene el hotel?, ¿¡¿¡¿Cuatro?!?!?", y me mira con incredulidad. "¿Todo bien en el hotel?", le pregunto a Mustafá Alí Mohamed... "Bueno, sí. Lo único que en Arabia Saudí los hoteles son un poco diferentes". ¡¡Y tanto!!

Hemos tenido famosos, como Oceana, que dicho así no sé si les suena, pero ¿a que la canción de Cry Cry si?

Bueno, también es la que ha hecho la canción oficial de la UEFA Endelss Summer.

E incluso hemos acogido a Very Important People que ha hecho las reservas bajo nombres falsos, aunque nadie de nosotros los conocía...

Y de la fama a la miseria. O quizás no miseria pero si tristeza. Hoy mismo tuve un español que con ojos de cordero degollado me cuenta que sin tener ni idea de alemán ni inglés se ha venido a Berlín a buscar trabajo. "¿Sabes por dónde podría buscar? ¿Aquí en el hotel buscan gente? De friegaplatos, para hacer camas... ¡lo que sea! (...) Estaba imprimiendo aquí un mapa...", yo pensé de Berlín, y veo que entre sus manos tiene un mapa ¡¡¡de Europa entera!!!, desde Francia hasta Rusia. Algo me dolió por dentro. "¿Es muy importante el currículum aquí en Alemania?". Se fue y me dejó un nudo en la garganta...

Un día entro a las ocho de la mañana y me tengo que levantar a las 6am; otras entro a las seis y me tengo que levantar a  la 4am, y me junto en el metro con los madrugadores como yo o con los fiesteros con olor a noche; y la mayoría entro a las dos de la tarde. Con tanto lío de horario mi cuerpo todavía se resiente, y a veces son tan sólo las diez de la noche y estoy que me caigo de sueño, otras me tengo que pegar el super madrugón de las cuatro de la mañana, y son las dos y estoy con los ojos como platos, otras me despierta el sol desde primera hora (y eso es a las 4 am), otras me despierto sobresaltada pensando que me he quedado dormida y resulta que es mi día libre. Pero, sea como sea, está genial tener distintos horarios porque así unas veces aprovechas la tarde y otras las mañanas, unas puedes salir de marcha y dormir hasta el mediodía, y otras quedar para un café a media tarde o llegar a una cena (que aquí son sobre las 20h).

Unas veces trabajo cuatro días y libro dos, y vuelvo a trabajar sólo cuatro días y a librar. Otras trabajo ocho días seguidos, y cuando esto pasa y me toca librar... mi cuerpo dice "¿y ahora qué hacemos? ¿hoy no toca trabajar?", y es como si no supiera qué hacer, es una sensación extraña. Y cuando ya me acostumbro a no hacer nada, toca de nuevo trabajar y digo "¡No quieroooooo! Perezaaaaaa....".

Pero esta última vez, sí que aproveché... ¡una semana entera de vacaciones a las afueras de Berlin! ¡¡¡Pero eso en el próximo capítulo!!! que ya sé que llevo un retraso que no veas, ¡pero a ver si cojo carrerrilla!

3 comentarios:

  1. Que honor q soy la primera, jajja
    que Oceana estuvo en tu hotel? m gustó q pusieras la canción de la Eurocopa q no sabía q era de ella..
    que risa lo del kikiroom..
    q pena lo del español del mapa..
    definitivamente, a ti lo que te gusta es la gente!!!
    bsitos sister

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  2. La que lleva retraso ahora soy yo!! Has publicado mil cosas y ni tiempo he tenido de leer!

    Qué bueno lo q dice Ali de q a ti lo q te gusta es la gente. Q buena conclusión, me ha gustado!

    Qué bueno lo del Kiki Room. Ya siempre se acordarán de ti cuando unos clientes pidan una.

    Me encantan las historias. Las tuyas y las de la gente.

    Ya no queda nada para vernos! 1 semanita!!

    Mua!

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  3. Menos mal que siempre lo bueno supera a lo malo...aunque los malos tragos hay que pasarlos, no??
    Las historias del hotel son buenisimas, pero seguro que ganan con la forma que tienes de contarlo, son geniales!!

    Respecto al pobre español con el mapa completo de europa, la cosa por aqui esta complicada y seguro que algun otro pasa preguntando...

    Seguiremos poniendome al día,
    Kss

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