Y lo que ya me han estado pidiendo durante semanas... ¿Cómo es mi nueva experiencia en la Recepión del Hotel? Un receso de fotos, hoy toca una empachada 'de leer'.
¡Vaya cambio! De pasar a estar casi todo el día sola y hablando con las paredes (o las cortinas), he pasado a estar todo el día consumiendo saliva y neuronas. ¡Por fin! La primera semana... ha pasado tanto tiempo que creo que no soy capaz de transmitirles el miedo y pánico que sentía, pero buena señal también, oder? (¿o?).
Ahora me siento "como pez en el agua", todavía me queda mucho por aprender y mucho por hacer por mi cuenta (porque estoy todo el rato tutelada por mis compañeros) pero ya he cambiado el miedo por cierto morro. Ya sé que no entiendo todo, ya sé que no hablo bien, ¿pero me entienden no? !Pues ya está! Ya tengo el rollo aprendido de memoria: "Bienvenido", "su habitación está en la quinta planta" (porque por seguridad no podemos decir en alto el número de la habitación... o ni siquiera dárselo a un amigo o familiar), "¿quiere ir a la Sauna? está abierta de 10.00 a 22.00", "necesito su tarjeta de crédito como garantía"... Le vomito al cliente esta retaíla de frases que me he apuntado en mi libreta, aunque a veces todavía me trabo y tengo que cerrar los ojos, pensar, y volver a intentarlo. Pero es geht! (voy tirando!).
Lo que todavía no consigo controlar es el teléfono... Me entra un escalofrío... Como les dije, yo pensé "bah, sabiendo que no hablo bien alemán, me lo reservarán para más adelante...". Pues no. El primer día de trabajo me dice mi compañera: "Elena, te voy a enseñar cómo se contesta el teléfono". "Noooooooooooooooooooo!!". "Pero no se dan cuenta que no me entero?!?!". ¿Que no te gusta? ¡¡pues tres cucharadas!! Dicen que así se aprende ¿no?, afrontando los miedos...
- "Si buenos días, Gold Inn Hotel Adrema, Frau Navarrrrrro al habla..." - sí, así es como me llaman... con esa 'erre' de guiri que casi da arcadas...
- Guachu guachu guachu...
- Perdone, ¿podría repetir?
- Guachu guachu guachu...
- ¿Que quiere XXX?
- No, guachu guachu guachu...
- Perdone, es que soy nueva y no soy alemana... -digo a último remedio en un intento desesperado- ¿Podría volverlo a repetir? - mientras unos sudores fríos me empapan la camiseta por los sobacos y el teléfono se me resbala entre las palmas de las manos acuosas.
Y aquí pueden pasar varias cosas... Que después de cuatro veces yo lo pille, que el o la interfecta me lo repita hasta que yo lo entienda en un acto de compasión, o que me diga:
- ¿Hay algún otro compañero con el que pueda hablar? - "Scheisser!" (mierda!...). Prueba no superada...
O lo que es peor, que después de colgar el auricular, a pesar de que yo le haya repetido lo que me ha pedido para corroborar, me quede con la duda de si lo entendí bien o no. "¿Me dijo a las 8.40h. o a las 8.15h.? Elena... A ver, tú se lo repetiste todito y te dijo que sí, ¿no? ¡Pues ya está! Ya... pero ¿estás segura?, ¿lo entendiste bien? Las 8.40h. es una hora un poco rara, ¿no? ¿Y si dejas una nota en la ficha del cliente de que lo recogen a tal hora y lo oiste mal y no es a esa hora? ¿Qué hago, lo escribo a pesar de la duda, o no lo escribo y entonces el cliente no se entera de que lo vienen a recoger?". Ya saben... Mis Elenas confrontadas. (...) Me lanzo a la piscina y ¡que sea lo que dios quiera! Total, mañana no vengo... ;)
Ya va mejor la cosa, y ya contesto el teléfono como churros, porque ¡joder! ¡¡como suena!! O directamente le digo a mis compañeros:
- "Porfa, cógelo tú que es el jefe ¡y no le entiendo nada!"
Porque o explotaba, o se lo decía:
- "Herr C. tengo un problema con usted... ... No le entiendo NADA de NADA!!!!". - El pobre, la cara que se le quedo, mirándome a cuadritos, ¡pero lo agusto que me quedé yo! Y es que justo a mi jefe no le entiendo ni papa!
- "Por qué... ¿hablo muy rápido? ¿hablo muy bajo?..."
- "No lo sé... pero no le entiendo..." - ¡¡¡Tierra trágame!!!
- "Pero no pasa nada... ¡tú dime que te lo repita!"
- "Ya, pero si le pido que me lo repita por cuarta vez... como que no está bien, ¿no?. - Es mi asignatura pendiente... Y en el próximo departamento me toca con él. ¡¡Madrecita!!
A pesar de todo, noto que estoy más fluida. Aquí "se aprende a taponazos", como diría mi padre.
Lo mejor, es que el tiempo se pasa ¡volando! Bueno, tanto vuela, que a veces salimos una hora o más tarde de lo que nos corresponde. Preparar los check- in del día siguiente (que me ha costado lo suyo pillarle el tranquillo...) que consiste en comprobar que las reservas que tenemos impresas coinciden con lo que tenemos en nuestro programa: modificaciones, cancelacions, nombre bien escrito, fechas de llegada y de salida correctas, precio (porque cada agencia o empresa tiene un precio de oferta distinto), desayuno, pack de negocios, que la dirección de empresa a la que tenemos que mandar la factura sea la que debe ser, deseos del cliente (fumador, con vistas al río, no alérgico, con niños...) y un larguísimo etcétera que no les voy a explicar porque me estrangulan.
Recibir clientes (y repetir el rollo que les contaba arriba hasta la saciedad), cobrar y no olvidarte de nada (mi primera factura me equivoqué! y uf! menos mal que el cliente era legal! que sino... lo hubiera tenido que pagar de mi bolsillo), contar la caja (y ¡que cuadre!, que es lo más importante), llamar un taxi, cobrar un ticket de metro, un parking o un café, explicar una dirección, escuchar un embrollo que no entiendo sobre qué X o Y no funciona...
Porque no sólo es el idioma, que ya me voy haciendo a base de frases hechas o de un alemán chapurreado, sino el programa y la forma de trabajar del Hotel. Pero me encanta, el no parar, el batiburrillo de gente y de idiomas. Y claro, cuando presiento que alguien habla español... (juas! Ya tengo hecho el oído... bendita Australia!) y le oigo hablar en un inglés acatetado, pasando penurias, le pregunto:
- "¿Habla español?"
- "Yuos sí!! Gracias!!!" - ¡¡es el mejor momento!! En español todo es más fácil! jajajaja.
Y bueno, como ya les he contado en otra ocasión, el alemán no es el único problema. El inglés también. Mis neuronas están tan alemanizadas, que cambiar el chip ¡cuesta un huevo! Si ya entro en una conversación más larga, bien. Pero como sólo tenga que decir un par de frases... ¡Hago ahí una mezcla, que no me entiendo ni yo! ¡Lo peor es que ni me doy cuenta! Que no es una ni dos las que un cliente me tiene que repetir: "En inglés, por favor". O, ¡peor!, que esté hablando con un cliente en español y que al preguntarle algo que no sé a un compañero (como, dónde hay una floristería), termine hablando en español a mi compañero y en alemán al cliente valenciano... *%&$#?!?!?!?! Ahhh!
O, también me ha pasado, que después de conseguir soltarle toda la explicación a un cliente en inglés, cuando venga el otro cliente siga hablando en inglés, y éste me responda:
- "Puedo hablar inglés pero, por favor, ¡en alemán!" - Ups! Sorry!
Y bueno, lo de seguir siendo española ¡sigue siendo un chollo de vez en cuando!
- "¿De dónde eres?" - mientras miran de reojo la placa de mi nombre de dos apellidos, cosa poco común por estos lares.
- "Española".
- "Eso pensábamos, pero no estábamos seguros (...)".
O:
- "Io también hablou un poquitou di espanhol...".
- "Gut!" (Bien!).- y la conversación sigue más relajada, ella hablando un español chapurreado con ilusión y yo con una sonrisa de oreja a oreja, en... lo que me salga.
O por teléfono, para endulzarlo:
- "¿Perdone, le puedo preguntar de dónde es?".
- "Soy española, de las Islas Canarias".
- "Wow! (...) -y a continuación un sinnúmero de halagos por mi tierra patria que me alegran el resto del día.
Y como suele pasar, hay días en los que apenas tenemos trabajo y te la pasas haciendo el canelo, u otros en los que el hotel está lleno y no tienes tiempo de respirar. O todo o nada. Así es este trabajo. O no aparece un cliente en tres horas, o aparecen todos de una, haciendo cola hasta la puerta con mirada desesperada por tener su habitación cual trofeo.
Cuando un cliente llega y la cosas no se complica... lo llevo bien. Lo malo es que las cosas no son siempre así de fáciles, y muchas veces tengo que estar preguntando constantemente a mis compañeros, que tienen que estar hasta las narices de mis incesantes preguntas. Pero... ¡qué le voy a hacer! Luego, las veces que he intentado hacer las cosas por mi cuenta sin preguntar he metido la pata... y claro, eso hace que la confianza que uno tiene en sí mismo retroceda dos pasos... Life... (Así es la vida!).
Y el ordenador se combina con la letra de puño y letra de toda la vida. Escribir las tarjetitas de bienvenida con los nombres y período que el cliente se queda. Señores con nombres de Viernes (Herr Freitag), León (H. Löwe o Loewe... como la marca de cosméticos), Suerte (H. Glück), incluso un Craig David! (que desgraciadamente no era el que yo esperaba...). O nombres polacos con más de siete consonantes en el mismo apellido: "Lo siento, pero creo que no voy a ser capaz de repetir su nombre...".
¿Turno de mañana o turno de tare? Por ahora casi todo ha sido de tarde, pero no hay nada dicho. Am Empfang (en repeción) no tenemos un horario mensual. Va de semana en semana. Cuando me toca de mañana -8.00h.- (que sólo ha sido un par de veces por ahora) tengo que pegarme el madrugón pero luego tengo el día libre; cuando me toca de tarde -14.00h.- puedo dormir la mañana, y no hago nada, pero ¡duermo! y trasnocho, que ya saben lo que me gusta...
Todavía me estoy adaptando, y lo noto, porque a veces "me parezco a ellos". Estoy tan concentrada en mi trabajo que no me da tiempo ni de sonreir. Sólo de darme cuenta de que la peste de canción Ay! si eu te pego ha sonado por quinta vez en lo que vamos de turno... La radio es igual de martilleante en todas partes, parece.
Y después de acabar el día, sólo pienso en llegar a casa o tomar una cerveza que diluya el tropel de clientes que han decidido quedarse en mi cabeza para embotarla. Porque eso es lo difícil, ¡dejar a los clientes en el Hotel! Aprender a dejar la factura que hice mal, el check-in en el que me equivoqué, la frase que dije mal, el fallo que cometí y que mi compañer@ tuvo que corregir, lo que no me dió tiempo de hacer... Dejar todo eso en Gotzkowskystr. número 20 es muchas veces complicado. Gracias que mi música y mi libro de Don Rigoberto me ayudan a desenchufar el cable que me ata al hotel de forma permanente.
¿Quieren verme un poco más en escena? Un par de fotitos... para que pongan cara y color a la barra en la que se reparten tarjetas de habitación.
De izquierda a derecha: Kathy, Gina, Frau Rhein y yo. |
Fikret y yo. |
Seguro que en lo que me queda tengo más historias que contarles... Por ahora... Wilkommen im Adrema Hotel! (Bienvenidos a Adrema Hotel!).
Frau Navarro, pues yo la vi hablando y desenvolviéndose de maravilla, y se m caía la baba,jajajja
ResponderEliminarbsitos
Yuuoosss, pues estoy empachado, al final me ha costado digerirlo todo...
ResponderEliminarQ guapo el tema de la recepcion, te pega un huevo!! Seguromque al principio con tanto parlar aleman te costo un poco, pero vamos Progresas Adecuadamente ;-)
Por cierto, la caja tiene que cuadrar al centimo, son tan cuadriculados??
Tiene que ser un mundo eso de recibir a todo el mundo, sea de donde sea, quienes dan mas el coñazo, viajes de negocios o placer?? Nacionalidad??
Me alegra q todo siga bien y que le hayas dicho al jefe q no le entiendes ni papa, q grande!!
Moitos Beijos!! 😘
Jo! Ele! No sabes cuanto he disfrutado leyendote!!! Si parecía que te tenía delante y me lo estabas contando en vivo y en directo!! Un besazo enorme con la cabeza boca abajo y desde el futuro
ResponderEliminarJoooodeee, qué retraso traía con todos tus blogs, y cada vez son más largos, llevo media hora leyendo y aun me quedan!!
ResponderEliminarMe ha gustado este! como siempre dices, ha sido como tenerte delante con uno de tus interminables discursos, aunque, gracias a dios, esta vez no has empezado a abrir ventanas, VENTANAS!!
Como bien ha dicho Jero, joder, cómo te pega lo de la recepción! Ya te veo chapurreando tu alemán como loca con todo el mundo!
Un beso!!
Nossa, nossa, asim voce me mata...
Como dice Ali, te vimos muy desenvuelta, en el restaurantes, en la calle, metro, aeropuerto.... cuando sea grande quiero ser como tu. Besos.
ResponderEliminarBueno, ustedes porque son familia... Ya les contaré...
ResponderEliminarBueno bro, creo que lo de que la caja cuadre es internacional, ¿no? Son más cuadriculados para otras cosas. Es normal que con tantas manos de por medio (más de diez personas en Rececpión) haya que tener un control. Luego es verdad, que no siempre cuadra y tampoco pasa nada...
Nacionalidad... Pues la verdad que la mayoría son gente de negocios. Alemanes se llevan la medalla de oro, después Europa del Este. Y a partir de ahí... ingleses/americanos, asiátucos, franceses, portugueses, españoles... Pero alemanes y rusos.
Bueno, a mi no me hace tanta gracia cuando tendré que trabajar con mi jefe 3 meses y no lo entiendo ni papa... Miedito!!!!!
jajaj! Me alegro, de que no haya cambiado tanto... ;) Queremos noticias de ustedes!! Jo! publiqué un comentario en una foto de Padylla que puso en facebook, xo se me borró! Saben de todas formas que me acuerdo de ustedes!!!
No worries mate! yo tb tengo un retraso con tu blog! (qué me reí!!! A todos los que me oigan, se los recomiendo!!! jajajaja). Estoy poniendome al día ahora. JAJAJ!!! Ya sabes que cuando llevo retraso me explayo! Aunque... ejem... Creo que usted, ejem... tampoco se queda corto!!!! Cierto, esta vez, no Windows ;)
Por fin!!!!!! Pulsatilla! Se le echaba de menos!!! Sí, en la calle me desenvuelvo bien, lo formal... es otra historia...