Trío Calavera III

¡Tercer día! tocaba un poco de culturización.

ISLA DE LOS MUSEOS

Como no, Nefertiti en el Neues Museum, de la que no se puede sacar fotos. Y otras piezas famosas:

Cabecita de la Reina Tiy.

Incluso vimos, que no lo había visto la otra vez, una réplica de las Puertas de bronce de Ghiberti.

Y de ahí... al Museo de Pérgamo:

Y como ya se lo saben de memoria, esta vez les brindo otra visión, "arte vivo en el museo":

Después recuperación de fuerzas con un café y una tarta:

Y la segunda parte del día era la visita al REICHSTAG.

Con el tiempo justo y un hambre brutal... nos comimos una Currywurst de camino al Parlamento, haciendo turnos para aguantar la cerveza porque con el plato, el tenedor y la servilleta, no dábamos a basto. ¡A mi hasta seme cayó el plato! Pero nos supo!!

Pero ¡subimos en el mejor momento! Con la puesta de sol:

"La Intelectual".

Y para terminar la noche, un cocktail en Oranienburgerstrasse, por el barrio judío.

I Love Berlin

Prost!

El Trío Calavera II

Y para el segundo día... ¡Bicis! Un paseo por mi barrio (Kreuzberg) y después cenita en casa con los amigos.

De prueba en Görlitzer Bahnhof. Para coger soltura...

Compra en el mercado para la cena de la noche.

¡Y a pedalear!

Sacar unas fotos por aquí...

Una cerveza por allá...

Admirals Brücke.

Vistas en Admirals Brücke.

Y corriendo de vuelta para casa para preparar la famosa cena. 

De izquierda a derecha: Carol, Axel (del trabajo),
Jule, Katja y Tills (del piso) e Ingo (el de los patines).

Ingo, yo y Sascha (novio de Gina).

Gina (del trabajo también), Ali y Axel.

Y después de la cena, según teníamos apuntado en nuestro planning y gracias a la insistencia de Carol, en marcha para conocer una de las conocidas discotecas de Berlín: Cassiopeia.

¡Poniéndonos guapas! Como la de atrás, ¿no era Jero?

Todas chic.

Una vez en la zona, de pronto vemos una cola del caralho... ¡qué pereza! pero oye, si dicen que está tan bien.

 Y de pronto, en el momento de bajón que voy a comprar unos Red Bulls, me doy cuenta de que el sitio al que queremos entrar ¡se llama de otra forma! Los tipos a los que preguntamos nos engañaron y casi nos hacen entrar en un sitio de niñatos!!!! Volvimos a preguntar, buscamos y ¡por fin! (y sin cola!!!!):

Al principio, debemos decir que nos decepcionó. Un antro, la música un poco machacona... pero a medida que íbamos entrando en la noche el sitio nos fue embrujando. La música fue mejorando notablemente y conocimos hasta un nuevo estilo de música (slow step o down step, o algo así, ¿no Ali?). Y la gente del garito super enrollada, parecía que llevábamos llendo al local ¡toda la vida! Y entre cerveza y cerveza, baile y cháchara ¡se nos hizo de día!

Ese momento en que la luz rompe la oscuridad... y piensas... ¡joder, ya!

Lo chulo no sólo fue el local, sino la zona dónde está ubicada, ¿quieren verlo? De noche...

Y de día...

¡¡¡Buenos días Berlín!!!